Procesos de contaminación del agua
El hombre debe disponer de agua natural y limpia para proteger su salud. El agua se considera contaminada cuando su composición o estado no reúne las condiciones requeridas para los usos
a los que se hubiera destinado en su estado natural. En condiciones normales
disminuye la posibilidad de contraer enfermedades como
el cólera, la fiebre tifoidea, la disentería y las enfermedades
diarreicas; esta última es la principal causa de mortalidad de los niños de 1 a 4 años. El crecimiento de la
industrialización, de la urbanización y de la población humana acrecienta los problemas de contaminación y en consecuencia el suministro de agua potable y el tratamiento de las aguas cloacales.
El agua es
el elemento vital para la alimentación, higiene y actividades del ser humano, la agricultura y la industria. Por eso, las exigencias higiénicas son más
rigurosas con respecto a las aguas destinadas al consumo de la población, exigencias que están siendo cada
vez menos satisfechas por su contaminación, lo que reduce la cantidad y calidad del agua disponible, como también sus fuentes naturales.
Los ríos y
lagos se contaminan porque en ellos son vertidos los productos de desecho de las áreas urbanas y de las industrias. El agua potable, para que pueda ser utilizada para
fines alimenticios debe estar totalmente limpia, ser insípida, inodora e
incolora y tener una temperatura aproximada de 15ºC; no debe contener bacterias, virus, parásitos u otros gérmenes que provoquen enfermedades,
además, el agua potable no debe exceder en cantidades de sustancias minerales mayores de los límites establecidos.
El agua que nos proporciona, en sus distintas formas, la naturaleza, no reúne los requisitos por ser consumida por el
ser humano debido a la contaminación. Para lograr la calidad de agua potable se
realiza destilación u otros procesos de purificación.
Un proceso de tratamiento de las aguas residuales que suele
usarse para los residuos domésticos es la fosa séptica: una fosa de cemento, bloques de ladrillo o metal en la que sedimentan los
sólidos y asciende la materia flotante. El líquido aclarado en parte fluye por
una salida sumergida hasta zanjas subterráneas llenas de rocas a través de las cuales puede fluir y filtrarse en la tierra, donde se oxida aeróbicamente. La materia flotante y
los sólidos depositados pueden conservarse entre seis meses y varios años,
durante los cuales se descomponen aeróbicamente.
Las aguas
residuales contienen residuos procedentes de las ciudades y fábricas. Es
necesario tratarlos antes de enterrarlos o devolverlos a los sistemas hídricos locales. En una depuradora, los
residuos atraviesan una serie de cedazos, cámaras y procesos químicos para
reducir su volumen y toxicidad. Las tres fases del tratamiento son
la primaria, la secundaria y la terciaria. En la primaria, se elimina un gran
porcentaje de sólidos en suspensión y materia inorgánica. En la secundaria se
trata de reducir el contenido en materia orgánica acelerando los procesos
biológicos naturales. La terciaria es necesaria cuando el agua va a ser
reutilizada; elimina un 99% de los sólidos y además se emplean varios procesos
químicos para garantizar que el agua esté tan libre de impurezas como sea
posible.
Al juntarse
el agua de los ríos con los mares estos sufren las consecuencias de la contaminación de los ríos, provocando una intoxicación
a los peces, a lo que lleva una disminución de la producción pesquera en las zonas costeras, por mortalidad
de peces.
El mar se
contamina, además, cuando los barcos que transportan crudos petrolíferos accidentes y estas materias contaminadas caen
en el océano.
Cuando es vertido este elemento al mar, los hidrocarburos, por ser miscibles con el agua, flotan en ella y forman una capa que se mueve al ritmo de las corrientes marinas. Una parte de este proceso se disuelve y el resto termina en las playas.
Cuando es vertido este elemento al mar, los hidrocarburos, por ser miscibles con el agua, flotan en ella y forman una capa que se mueve al ritmo de las corrientes marinas. Una parte de este proceso se disuelve y el resto termina en las playas.
Como los
océanos son tan vastos, los seres humanos creyeron en otra época que era
virtualmente imposible contaminar estas masas tan enormes de agua. Durante
décadas, hemos utilizado los océanos como vertederos de nuestras aguas fecales,
basuras, desechos químicos e incluso radiactivos. Como también utilizamos los
océanos para el transporte, muchos accidentes de navegación han resultado
contaminantes. Para proteger la vida marina y la salud de nuestro planeta,
debemos encontrar soluciones a estos problemas.
El mar Negro
y el Mediterráneo contienen algunas de las aguas más contaminadas del mundo,
pero los piases caribeños han formado un grupo para estudiar y controlar la contaminación.
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